2 de julio de 2008

Señuelo croata

No solamente la oratoria. Simular en la mirilla bosquejos anticipados; naufragarnos como comarcas del roce; sin escafandra ni metal plateado en el borde de la pronunciación. Tu lucha mantiene mi carne, como si me enrojecieras el verbo el enunciado la tarifa constante del susurro que nos precede.
Dime si en esos barcos enalteces la silueta de los animalitos que nos surcan.
Hay en tu adentro un hechizo de mi afuera, como si uniéndolos completáramos el vaivén unicornio; el nombre científico; la cetácea, la médula, tu anfibio, mi exageración.

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