14 de julio de 2008

Los Climas

(Ella preguntó si aquellos nombres le servían de escudo para esconder la tibia fábula de su marca)

No son escudos. Son amores
parados debajo de mí
encima de mí
acostados saltando entre el agua.
Los referentes no son escudos;
tal vez escudos de fieltro para que el agua entre en la tela.
Es como un gran jardín de infantes (de marina)
donde juegan y se gozan sus colores y los de nosotros.
Si nos conociéramos, tal vez no volveríamos a nombrar a nadie.
El conocerse hace que los clavos pequeños que se usan para escalar un hielo desaparezcan; pero eso no quiere decir que no sea como referirse a alguien que en un momento puede hermanar o hacer odiar....

(Entonces, se hicieron amigos; no de aquéllos que hablan, sino de los que se mantienen en silencio, hablando pudorosamente del resto)

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