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Mecidos al compás de sus reflejos, apostaban por la comodidad de un tejido adosado a la humedad de sus fisuras
Hipotermia
En su estado primigenio, la larva tiñó sus agallas con el velo impreciso de la evolución; ruptura celeste o humedad cutánea avalada por su metamorfosis.
Escuchó la señalada una esquirla en mitad del lagrimal, convenciéndose de la trizadura de sus bordes.
Hubo un momento para aunar las cloacas y los esfínteres.
Muy a menudo se presentó al acecho de animalitos menores y pequeñas plantas, aunque la larva estaba para otras cosas.
Exceptuando las branquias y el dimorfismo sexual, todo en ella se resolvía como un claro silencio frente al reproche.
Agazapada en la mirilla, antecedió las respuestas ante posibles interrogaciones.
Luego; un cuello, una vértebra, una boca.
Más allá, el colmo de su espacio: su carencia; su secreto de anfibia.
Escuchó la señalada una esquirla en mitad del lagrimal, convenciéndose de la trizadura de sus bordes.
Hubo un momento para aunar las cloacas y los esfínteres.
Muy a menudo se presentó al acecho de animalitos menores y pequeñas plantas, aunque la larva estaba para otras cosas.
Exceptuando las branquias y el dimorfismo sexual, todo en ella se resolvía como un claro silencio frente al reproche.
Agazapada en la mirilla, antecedió las respuestas ante posibles interrogaciones.
Luego; un cuello, una vértebra, una boca.
Más allá, el colmo de su espacio: su carencia; su secreto de anfibia.
- Romance de Agua
- Incrustadas en la mesura de la hipocondría, cedían, las fábulas, a la incorporación de sus silencios.
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3 comentarios:
toda una Eva.
bellísima.-
Estoy en litigio: no se si podré triturar a la noche o debería mejor ofrendarme como su presa, ser suya.
Afecto.
El cuerpo de la mujer es una flor redonda, completa.
Un fruto terminado, un vientre intentando otro vientre.
Hay algo en sus cabellos que ondula, que resbala, trepando
su humor como una marea insaciable, la luz de los días.
La voz de la mujer es la suavidad del cielo intenso,
una música indirecta que obliga a sucumbir al sueño.
Nada, respira, crece, se retuerce en una danza
grita, resbala, se enoja con la fuerza que obliga el mundo.
Normal. La mujer es trabajo y esfuerzo, café y rutina.
La perfecta combinación para acariciar un beso,
logrando que todo ese estado cambie,
porque nosotros, juntos, lo cambiamos.
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