Cuándo y cómo
se establecen
en la palpitación de nuestro mundo.
El desplazamiento nos hidrata
con la cromática fiesta de sus beneficios.
Ahora,
la marea calza
con nuestros modos de enfrentar
lo cotidiano.
El cuerpo es una danza permeable
y su púrpura
lo describimos como savia.
Adentro,
el recuerdo aflora
como hibidez colorada
de su hervor.
(Y en la concavidad de tu espuma,
mi agridulce).
21 de junio de 2008
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