Es un verdadero placer sumergirse, poco a poco, en tus trazos acuáticos.
Leo mucho, pero no suelo escribir, ni comentar, pero ante algo tan especial he tomado el atrevimiento de depositar esta hoja en tu estanque, aún sin antes haberte pedido permiso. Espero que te agrade.
En su estado primigenio, la larva tiñó sus agallas con el velo impreciso de la evolución; ruptura celeste o humedad cutánea avalada por su metamorfosis. Escuchó la señalada una esquirla en mitad del lagrimal, convenciéndose de la trizadura de sus bordes. Hubo un momento para aunar las cloacas y los esfínteres. Muy a menudo se presentó al acecho de animalitos menores y pequeñas plantas, aunque la larva estaba para otras cosas. Exceptuando las branquias y el dimorfismo sexual, todo en ella se resolvía como un claro silencio frente al reproche. Agazapada en la mirilla, antecedió las respuestas ante posibles interrogaciones. Luego; un cuello, una vértebra, una boca. Más allá, el colmo de su espacio: su carencia; su secreto de anfibia.
2 comentarios:
cuando cruces mi río
te hablaré
sobre la sobrevivencia
de un punto mágico
Es un verdadero placer sumergirse, poco a poco, en tus trazos acuáticos.
Leo mucho, pero no suelo escribir, ni comentar, pero ante algo tan especial he tomado el atrevimiento de depositar esta hoja en tu estanque, aún sin antes haberte pedido permiso. Espero que te agrade.
El paseante
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