Como una espalda,
el cielo sella
nuestros timbres de agua
alados y superficiales en su nado;
acontecidos como señal profunda;
virtuosos y musicales
desde su propia significación.
1 de junio de 2008
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Mecidos al compás de sus reflejos, apostaban por la comodidad de un tejido adosado a la humedad de sus fisuras
1 comentario:
desde hace días
vengo pensando
en la posibilidad
de conjurarte peces
en tu diadema
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