Es tu noche rockabilly;
Carl Perkins recostado en la orfandad
de tu pelo desprolijo
medio suelto
medio rapado
entumecido por los focos de los autos
que vociferan y lucen
con sus promesas de
estrella artificial.
Tienes la frente marcada
y una huella en el parietal izquierdo
aunque de lejos luzcas
como un anfibio precursor de los rechazos.
Hemos ido turnándonos
para nombrar sinónimos
que tienten a los grandes.
Sin embargo, nos limitamos a la mímica
arreando humanos como vacas
en este pastizal de frutos deformes.
Yo te dije
que soñaba con Johnny Cash
muchísimo antes de conocerte,
aunque tú te referías
a la indumentaria celta
que me cubría la epidermis.
Y te reías
Y transformábamos la noche
en una pausa abominable
porque en cada esquina de Santiago
vociferaban ídolos tildados de superhéroes.
Mi rockabilly
Mi terroncito detestable
Bailemos, que la fiesta no se agota;
ardamos en la hecatombe de estas velas invisibles
como tu dedo en mi llaga;
profundos
(in)humanos y feroces
como mi diente
surcándote el lagrimal.
4 de agosto de 2008
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5 comentarios:
Te pasaste!, estoy sorprendido, no tengo palabras para describir nada, tan solo siento mas ganas de besarte, de leerte y de reir al verte llegar con tus ropajes celtas.
Espero volverte a ver algun dia y asi robarte un trozo de tu alma.
Klavs
Kintuken@hot...
87651341
¿?
Espero que no sea una broma de mal gusto de aquellos ociosos que nunca faltan.
abundan
.
abundan señorita
Esta vez
es en serio,
hbr.
Nunca el protagonista de un poema
fue capaz
de sorprenderme
en mitad
del sacrificio.
ups.
.
¡que osadía!
.
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