25 de agosto de 2008

Almendro en flor


*

Eres un anfibio
de aquéllos que definen
las coincidencias
con un golpe de espada
que cauteriza
las lágrimas de los camellos.

Purpurina

Con la luna decantada dentro de tu vasito verde
ya no seremos apología
Nos adaptaremos al vértigo de nuestras alas
Naufragaremos hundidos en poemas de plata
Y finalmente acezaremos el fuego
de una vértebra;
una plaga
como la fotosíntesis de la noche
en el borde de una colmena.

22 de agosto de 2008

Mar rojo


(Otro)
pez
(uno nuevo)
bordea los tildes
del tejido.

19 de agosto de 2008

*

En la madrugada
te escribo como saltitos de agua
que nos rompen en pedazos
ciegamente contra el mundo;
esa maraña de letras y gestos
inventada por los cuerpos
para reposar violentamente
en la tela del amanecer.

Llevas un antifaz
y un cuerpo morado en la mano derecha.
Cierto.
Las aletas son sólo un boceto
como excusa ante las vacilaciones del nado.

.

Eso que nos dijeron debajo del agua
se desintegró apenas sobrevolamos la superficie,
pues era tal nuestra sed de ofrecimientos
que ignoramos completamente
el egoísmo de nuestras branquias.

18 de agosto de 2008


Cuarto propio

En este acuario, cada pez va silabando sus escamas.
La palabra es ejecución del cuerpo y de todas las otras vidas untadas en fuegos y anfibios y algas que se mecen en torno a una enfermedad indescriptible: la de dormir con los ojos abiertos; tan pendientes y segregados del mundo, que el agua les sella el lagrimal, como un tilde bien puesto en el recoveco de la A o la corriente que fluye, aceitándoles la lengua.
Los peces y anfibios ardemos en el nácar de nuestro bautismo. Mudos, deshechos como trozos de hielo en una yema dormida que sangra.
A veces, ni la aleta ni una boca levemente dibujada como un gesto impasible sobre el texto bastan para remecer los castillos edificados contra el mundo.
Entonces, nos quedamos en silencio mecidos por el coro de nuestras pupilas, y una ráfaga, un pequeño disturbio, una cascarita de mandarina se nos adhiere al hombro y comenzamos a reír. Lentamente, con furia.
Asciende.
Decrece.
Se dice que la sincronicidad encadena las palabras justas; hasta que una burbuja nos sorprende en el borde, y nos asomamos a la orilla del vidrio. El ruido genera una aproximación al desborde de los sentidos; la conciencia de estos cuellos fileteados por un coral, o un pedacito de arena que tragamos para deshacernos de la tos.
Nos hundimos en un caos de regocijo.
Volvemos a untar los cuerpos en esta danza colectiva del oasis.
Somos paráfrasis de otros peces. Llevamos paréntesis sujetos al nado.
Las mujeres y la novela somos anfibias libremente encerradas en un acuario. Cada palabra, cada gesto, cada hilación ante la secuencia de nuestro bosquejo gotea desde nuestras branquias como el filamento preciso de una poderosa transparencia.

7 de agosto de 2008

Tragedia

Somos los héroes
de esta película de mal gusto
donde la acción está centrada
básicamente
en nuestra capacidad de tocarnos sin rozar,
la etiqueta festiva,
el antifaz
como si la noche
fuese el pretexto
para desvestirnos.
Yo ni siquiera hablaría. Dormiría apegada a tu espalda conservando el silencio como un tesoro.

*


Afuera es un reino todavía.
(Fotografía: Mauricio Duarte. Santiago, Chile, 2008)

Criminología de la mímica

Hasta ahora










Habíamos resultado indiferentes
a toda somatización
y conciencia de la fábula.

Cascabel y alambre

Desde aquella noche no he vuelto a escribir, quizás por miedo, o simplemente por sentir que de todas formas terminaremos ahogados y no habrá manera de reistirnos al matadero.
Más allá de mi negación, pienso en la taxonomía adecuada para tu traje de buzo, porque la noche es un velero asomado en la pulcritud de tu desnudo y todo gesto estará inmolado por la vista lejana de un lago o ese cubito de azúcar disolviéndose lentamente dentro de mi boca.
El abecedario es una mentira que nos inventamos para continuar acezando el fuego.
Lo más maravilloso de ti es que el cuerpo te queda grande; mucho más que la sobrevaloración que has hecho de mis textos y mi habilidad para ponerle nombres a las cosas.
Chocolate o Lynch es un acertijo para cualquier remordimiento incapaz de desnudarse frente a una ventana.
El silencio lo inventamos los noctámbulos para sellarnos el miedo a la impermanencia.
Esto no es una carta ni un diario de vida.
Ni siquiera es un día.
Es el principio de un sueño inconcluso.

4 de agosto de 2008

Más allá de la sombra
te delatan tus ojos,
y te adivino tersa,
como un mapa extendido
de asombro y de deseo.
Date por muerta
amor,
es un atraco.
Tus labios o la vida.
(Luis García Montero. "El lugar del crimen")

Crazy Arms

Es tu noche rockabilly;
Carl Perkins recostado en la orfandad
de tu pelo desprolijo
medio suelto
medio rapado
entumecido por los focos de los autos
que vociferan y lucen
con sus promesas de
estrella artificial.

Tienes la frente marcada
y una huella en el parietal izquierdo
aunque de lejos luzcas
como un anfibio precursor de los rechazos.

Hemos ido turnándonos
para nombrar sinónimos
que tienten a los grandes.

Sin embargo, nos limitamos a la mímica
arreando humanos como vacas
en este pastizal de frutos deformes.

Yo te dije
que soñaba con Johnny Cash
muchísimo antes de conocerte,
aunque tú te referías
a la indumentaria celta
que me cubría la epidermis.

Y te reías
Y transformábamos la noche
en una pausa abominable
porque en cada esquina de Santiago
vociferaban ídolos tildados de superhéroes.

Mi rockabilly
Mi terroncito detestable
Bailemos, que la fiesta no se agota;
ardamos en la hecatombe de estas velas invisibles
como tu dedo en mi llaga;
profundos
(in)humanos y feroces
como mi diente
surcándote el lagrimal.

3 de agosto de 2008

Una nueva república

Por si no te has dado cuenta, muero por morderte el lóbulo derecho y ese pedacito de plata que te brilla levemente en el borde. Tu ebriedad no es un fantasma, sino un aliciente para ese rictus facial y el pecado de tus caninos superiores.
Hablas como si nos hubiésemos lanzado a la vía férrea y sin embargo un pequeño universo aflora desde tu pelo rapado como marca del primer nacimiento.
Tienes un ángel tatuado en las costillas aunque estés resuelto a acabar con el ron de una botella barata.
Me miras sin escándalo hablando de tu furioso deseo y culpas a la vida resumiendo en ello tu agradecimiento por lo cotidiano.
Todo habrá de suceder en el silencioso aprendizaje de los laberintos.
Me admiro por esta fábula enclavada en tu necesidad terrestre, húmeda en tu lengua y la noche no alcanza.
Te recordaba desde esos callejones timbrados por el panfletarismo de lo social. Es que la academia es una de las peores cosas que nos han pasado.
Tu ceguera bulle como un mapa en este muro. Tibiamente yazgo inscrita como patrimonio de tu vértebra.
Este hilo conecta la ciudad y tu lejanía se condice con tu belleza.
(Es lo impredecible de tu mordida lo que me marca el cuello con su vociferación de dependencia)

Nostalgia y lentejuelas

En las fiestas de los anfibios, cada reconocimiento implica la existencia de una ética orientada al respeto de sus ciclos vitales.
Así, los más maduros transmiten sus ideas sobre la muerte; moralejas que los comensales en estado larvario procuran aprender, para olvidar después y vivir como si no supiesen absolutamente nada.

Cinéfilo


Nihilo


Cruz del sur

Los anfibios bailan sobre romances de agua, imbuídos en el sonido de una gotera que les nace de las pestañas.
Aman el ritmo vertical, los laberintos del submundo marino, la manera en que la tierra va tiñéndoles las escamas suavizando su memoria, aplastándolos imperceptiblemente como un nombre que no existe.
Cuando un anfibio habla de deseo, su ceniza no es más que un golpe de ala; nostalgia nevando; lamparitas mágicas nihilistas y angustiosas.
Entonces, las anfibias sonríen y también bailan, incorporándose al murmullo de los idiomas por dentro.

2 de agosto de 2008

Personalidad múltiple

Eres
todas las personas
con las que jamás
he estado.

Sabina

-Príncipes ya no quedan.
Son todos anfibios.

-No; los príncipes se volvieron reyes
y una planta carnívora se los devoró.

-En efecto.
Cuando las plantas carnívoras
devoraron a los príncipes convertidos en reyes
vomitaron anfibios.

Peces de ciudad

Y el mundo es un hervor de caracolas
ayunas de pimienta, risa y sal
y el sol es una lágrima en un ojo
que no sabe llorar
(Joaquín Sabina)
- Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina....
¿Está lloviendo?
- Sabina no me agrada. Sin embargo, estuve en una conferencia de prensa, muy cerca de él, tras su penúltima visita a mi país. (Andaba con disfraz de periodista; no él... yo)
- Sus letras son muy bellas.... Tal vez si oyes más.....
- Siempre llueve en una esquina de la ventana
o es que naufragamos en algodones de agua;
agujas que masticamos como gatos sin dueño....
“cuando duermo sin ti
contigo sueño”
(un día me cantaron eso y comprendí que ya no me gustaba sabina)
- Te lo cantaron sin lavarse los dientes....
Fíjate que:
"Porque una casa sin ti es una oficina....
un teléfono ardiendo en la cabina.....
un éxodo de oscuras golondrinas.....
venenos que entran por la boca
y se quedan parados
en tu entrada....."
No crees????
- Y sin embargo.

1 de agosto de 2008

Murmullo en tu vértebra de agua

Así,
salvajemente,
te arrojaste a mí
como una plegaria
o un sofisma
deforme.

8:30 AM

Después de amarnos y sosegarnos
nuestro diálogo estará directamente relacionado
con aquellas maravillosas formas de erradicar y purificar
estos cuerpos
de caricias y nombres.

Precario fundamento de la arcilla

Tu mitología es un trabajo de orfebre;
tan entregada a las causas del misterio
que mi estupor ni siquiera encuentra eco
en el filamento que te emana de la respiración.

Secuencia o filarmónica

Después de que el mundo nos declarara insomnes
amaneces en mí
hundido en la llaga.